sábado, 15 de mayo de 2010

Las horas desnudas
son la vergüenza del tiempo
en las ojeras del mundo.

Donde pesan las miradas,
donde las sedientas bocas
necesitan palabras.

Derramaré en el mundo
la maldad que este merezca
y la bondad que este en mis manos.

3 comentarios:

May la Goulue dijo...

Que no es poca, sin duda.

Mery Malaya dijo...

el mundo necesita manos como las tuyas, de puño, letra y corazón.

besos.

CaroVianco dijo...

La ambivalencia...el motor que mueve al mundo... como dirías que algo es bueno si alguna vez no viste o formaste parte de lo malo...muy bueno tu poema!! CaroVianco.