Las horas desnudas
son la vergüenza del tiempo
en las ojeras del mundo.
Donde pesan las miradas,
donde las sedientas bocas
necesitan palabras.
Derramaré en el mundo
la maldad que este merezca
y la bondad que este en mis manos.
son la vergüenza del tiempo
en las ojeras del mundo.
Donde pesan las miradas,
donde las sedientas bocas
necesitan palabras.
Derramaré en el mundo
la maldad que este merezca
y la bondad que este en mis manos.
3 comentarios:
Que no es poca, sin duda.
el mundo necesita manos como las tuyas, de puño, letra y corazón.
besos.
La ambivalencia...el motor que mueve al mundo... como dirías que algo es bueno si alguna vez no viste o formaste parte de lo malo...muy bueno tu poema!! CaroVianco.
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